42.195 decibelios

Pues ya estamos liados otra vez, preparados para darle al aparato que transforma las ondas sonoras en corrientes eléctricas para su amplificación. Sí… vá… hey… probando… probando.

Sorpresa y sobre todo alegría la mía al confirmar que este año estaré en el Maratón de Zaragoza ejerciendo de conductor, locutor, hablante, orador… de speaker, vaya. Al final, como dice mi colega David “Corredores del Ebro” Sánchez, con la excusa no voy a correr… y no le falta razón. No pensaba hacerla por celebrarse el fin de semana anterior a la Ultra Trail Guara Somontano -39 días faltan para los 102kms y 6.000 metros de desnivel… copón qué miedo- y no es plan sacudirse un maratón el domingo y seis días más tarde correr una ultra.

Todo surgió cuando me ofrecí voluntario a la organización de la prueba. Me daba igual repartir agua en los avituallamientos, dar dorsales, montar vallas o inflar el arco de meta a pulmón abierto. Entiendo que el auge del running también necesita de cierto apoyo para hacer que las pruebas salgan adelante y eso también es cosa del voluntariado. Quería echar una mano y, mira tú por dónde, me dicen si quiero ser el speaker. Jodo. Tardé un segundo y medio en decir que sí. Porque es mi ciudad, porque es la distancia mítica y porque el recuerdo del Gran Trail Trangoworld Aneto- Posets perdura con mucha intensidad todavía.

Así que el día 27 de septiembre, a partir de las 08h, estaré en la Plaza del Pilar micrófono en mano para informar, animar, despedir y recibir a los corredores… que se barruntan por miles –tanto en el maratón, como en el 10k que se celebra paralelamente-. Mientras haya cuerdas vocales habrá speaker, que está muy orgulloso y agradecido.

Anuncio publicitario

Es importante dormir bien…

La meta de 2013 en la distancia 37k

Escribía en este mismo blog, a mediados de julio, que me quedaban 79 días de miedo. Eran las jornadas que, por aquel entonces, restaban para la Ultra Trail Guara Somontano. Ahora, sin embargo, sólo quedan 45 y mientras el calendario lleva su marcha –a veces con sensación de demasiada celeridad- el pánico se está amplificando hasta quitarme el sueño. ¡¡¡Con lo bien que duermo cuando duermo bien!!!.

Lo que marqué como propósitos de cambio siguen siendo eso, intenciones… pero no se materializan. Eso me está jodiendo vivo por no ponerme las pilas de manera inmediata -aunque sé que por mucho que haga llego tarde-.

No sé lo que es continuidad en los trotes, que no entrenamientos. La alimentación sigue siendo mierdosa. El gimnasio hace días que no lo piso. Las excusas imperan siempre. La motivación desapareció. La apatía manda. Por lo tanto, ¿qué napias hago?, ¿es una temeridad intentarlo o por el contrario lo más sensato es apearse?. Ni idea sobre cómo afrontar esta recta final. Imagino que cambiando radicalmente de actitud… aunque sea por las noches.

Aquí la agónica de 2014 en la versión 50k

A veces, cuando duermo bien, manan imágenes de esfuerzo, de sacrificio, de dolor, de acojono, de calma intensa, de fallecimiento y posterior renacimiento, de superación y finalmente de consecución. “Aunque sea hazlo andando Navascués, me cagüen la puta, que para eso te ganas la vida chino- chano”. Eso me repito constantemente.

Siempre he pensado que en esto de corretear, el 40% es cuerpo y el resto cuestión de cabeza. Pero claro, en 102 kilómetros todo debe acompañar, desde las rodillas, hasta la cordura. Quiero pensar que el cuerpo obedecerá las órdenes que le envíe el cerebro. El año pasado lo hizo -aunque fuese la mitad de distancia y tres veces menos de tiempo- y confío en que, dentro de 45 días, pase lo que quiero que suceda. Además hay un aliciente -ya os lo contaré en otro momento- que contribuirá a seguir en carrera hasta pisar la moqueta de Alquézar. Habrá que terminar cueste lo que cueste… copón!!!. A ver si de una vez por todas el propósito se convierte en fin. O en meta, mejor dicho.