Sabrán ustedes vosotros, queridos todos, que en esta tierra nuestra contamos desde hace un tiempo con la marca Enoturismo Aragón, una apuesta del Gobierno de Aragón en colaboración con las cuatro denominaciones de origen que pretende internacionalizar esta marca autonómica y captar nuevos visitantes.
De manera conjunta se están dando los primeros pasos asistiendo a ferias internacionales para promocionar de esta forma el vino aragonés como producto, pero también como destino turístico –la última fue INTUR, la Feria Internacional del Turismo de Interior celebrada a finales de noviembre en Valladolid-.
Las cuatro rutas del vino que tenemos (RV Somontano, RV del Campo de Cariñena, Ruta de la Garnacha del Campo de Borja y RV de Calatayud) ya están caminando de la mano –además de las acciones y los esfuerzos que de manera independiente hace cada una- y eso, señoras y señores, es un notición que debería tener más repercusión de la que ha logrado. ¿Trabajar al unísono?… ¿y por qué no?, o mejor dicho, ¿y por qué no antes?.
Las cifras que se presentaron en rueda de prensa el pasado mes de diciembre fueron aplastantes. Se ha doblado el número de visitantes de 2013 a 2014, pasando de 60.000 a 120.000. Hasta las bodegas involucradas en estas rutas también ha crecido –de 28 a 34-. ¿No son suficientes indicios como para currar hombro con hombro?. Si además le sumamos que el gasto medio del enoturista es superior al de otras disciplinas y que además esta actividad tiene un carácter totalmente desestacionalizado pues bendita sea.
El enoturismo funciona y en Aragón tenemos escenarios, servicios, colectivos vetebradores y, cómo no, vino sobre el que gravita toda esta plataforma. Que siga promocionándose de manera conjunta y que cada uno, además, aporte su granito de uva trabajando de manera profesional, eficaz y vistosa. Creemos y hagamos marca; confiemos en un trabajo que se auto supere día tras día y potenciémosla entre todos.